
La nuez de karité proviene de un árbol del oeste de África. La manteca se extrae de ese fruto de manera mecánica, en frió y es recolectado principalmente por mujeres. De esta manera conserva el 100% de sus propiedades casi intactas.
A nivel cosmético, la manteca tiene un potente poder regenerador de la piel, es anti-envejecimiento previniendo y tratando arrugas. Contiene además ácidos grasos esenciales, es profundamente humectante, devuelve la elasticidad a las pieles secas, es antiinflamatoria y altamente cicatrizante.
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